Nunca me imagine que esa sería la ultima vez que la vería, nadie nunca me hablo de ese dolor.
Vi a mi madre tirada en el piso de la estancia de la casa de los abuelos al recibir una noticia devastadora, pero mi inocencia me cubría de ese efecto y paso.
Hincada en el baño de un hotel estándar en una ciudad muy lejana a la mía, me pregunte por primera vez porque había dolores mas fuertes pasando los años.
Uno subestima la capacidad que tiene un corazón para sangrar, así como desestima al que ayuda o el que tiene una buena intención en este mundo que a veces parece ser, desolado.
Pero también a veces el cercano no tiene que morir físicamente para haberse ido y esa sensación nunca la había experimentado.
Cuando ves tu celular con esos mensajes que ya no van a llegar de la misma forma o ya no llegaran, cuando ves una fotografía que no volverá a ser la misma, porque nada es lo mismo dos veces.
Entonces estaba en el aeropuerto y te molestaste porque compre un vuelo abierto y me dijiste que no tenia porque escatimar, pero tu y yo no pensamos igual, fue absurdo pero así lo quería y te pedí que respetaras mis decisiones y me dio tanta pena ver como de los otros se despedían con cariño y entre abrazos y tu yo, no.
Y alguien me dijo que a ti había que quererte como eres y lo intenté. Intente todo este tiempo escucharte, hacer las cosas de la forma en la que a ti te gustaba, de no criticar tus acciones y de no desesperarme por tu forma de ser, pero no pude. Tonto es el que espera y yo espere algo distinto toda la vida. Te ame con lo que podía y con lo que tenía y nunca tuve la intención de herirte, pero cada vez que quería decirte todo lo que no me gustaba que hacías o la forma como eras conmigo, no encontraba la manera y tendía a ser desidiosa y a explotar de forma tendenciosa, por no saber como. Y ahora estoy lidiando con todo eso que no hice.
El tiempo no puede regresar y tu y yo ya no somos las personas que eramos en aquel aeropuerto, no tengo la menor idea de lo que nos depara pero "Las despedidas son definitivas, nunca regresa la misma persona".
lunes, 5 de noviembre de 2018
sábado, 3 de noviembre de 2018
La raza
Me repugna la idea de ir a aquel mueble donde esta mi cámara y sacar la memoria que tiene dentro, pues así podría ver las fotos que tiene y recordar lo que fue y de un momento a otro ya no fue.
Es como si fuera una conspiración extraña del universo, que parece quererme tener en mi ciudad natal constantemente, ¿es una visión de túnel creer que cada que salgo de aquí alguien muere o algo pasa?,
entonces inicia.
23 horas de vuelo, enorme Jet lag y meditar. Llegar bien envalentonada y en el tono de "nada pasa".
Meditar sobre un encuentro fallido y las consecuencias de que yo vuelva y las cosas inminentes al cambio y lo que a la vez, no puedo cambiar.
Dice Héctor Aguilar Camín que una novela se escribe de cuartilla por día para no acabártela pronto y terminarla en un año y yo digo que podríamos llenar cuartillas enteras de novelas anuales, de solo sentarnos a escuchar las historias que corren por las bancas de los jardines de cualquier hospital.
"No te voy a dejar pasar si no me muestras el pase de tu enfermo", "credenciales a la vista de favor", y esa es la bienvenida al parque de diversiones de lo inesperado, con tu pase anual llamado derecho habiente.
Mantas, bolsas de mandado con comida, almohadas, sudaderas, cargadores, cables para celular, sopas le de letras y miles de formas de pasar el rato en aquella sala con lamparas fluorescentes de luz fría de tercera, de típica de áreas de trabajo, que se apagan por escasas 4 horas en la noche. Mientras mas va pasando la madrugada el frío arrecia y entiendes lo de las mantas y las chamarras infladas.
Es el servicio del pueblo, pero en el jardín tiene una tienda de abarrotes de una cadena famosa, así como una cafetería renombrada, nadie que le haga guardia a su enfermo espera comprar ahí, no alcanza para esas cosas y sale mas barato traer lo necesario de casa.
El de al lado es tu hermano mientas completas tu estancia en ese lugar, te pregunta por el tuyo y tu preguntas por el suyo, se respira resignación ante el turno y a la vez empatía, pues el prójimo también tiene que velar, también esta cansado, también esta triste, también esta frustrado y "primero Dios" es lo mas escuchas.
Los policías son variados, hay quienes tienen un ápice de paciencia y hay quienes forman parte de la morgue de aquel sitio.
Familias se concurren juntas en el jardín y se abrazan entre lagrimas y ya imaginas que hay uno menos aquí y uno mas en el mas allá.
Te sientes solo pero inevitablemente acompañado ante la expectativa de cualquier noticia del tuyo o de tu vecino de silla.
Y entonces pasa. Pasa que te dejan subir y los elevadores son un caos, y quien es valiente decide tomar las fastuosas escaleras que parecen nunca terminar.
Y llegas al piso indicado y todo mundo pregunta de todo porque nadie te dice como y ahí vas medio arreglándote ante el nervio de lo que estas por ver.
Y en muchos casos tienes 30 minutos para ver a tu enfermo y otros tienen todo el día, pero muchos mas tienen solo 15 minutos.
Entonces entras y vez al tuyo entubado, con la cara pálida y demacrada, con la barba larga, tiene las manos heladas, el cuerpo se le nota mas delgado, las piernas vendadas y la maquina a la que esta conectado sonando de forma dolorosa. Y es cuando te preguntas como carajos es que llego ahí si hacía un mes te había dejado en el aeropuerto. Y la vida es una irreverente que hace con uno lo que quiere.
Entonces ves como los demás visitantes ya saben hacer lo suyo con los suyos; les dan masaje, les ponen crema, los acarician, les dan palabras de aliento, los alimentan, les mueven el cuerpo oxidado por el tiempo y por el mal de cama, los arropan. Y entonces si eres retraído dices muy poco y los demás te dicen "háblale, esta dormido pero si te escucha", y cuando estas apunto de intentar decirle lo que crees conveniente, llega un alguien que te dice, como cuando partes la piñata, que tu tiempo se acabo y sin mas te despides.
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